Hace 10 días un buen amigo me comentó la posibilidad de irnos de acampada al monte. Sin pensármelo mucho le dije que contara conmigo. A veces me olvido de los quistes y la limitaciones que por su culpa tengo.
El miércoles pasado nos fuimos. Me encanta el campo, el bosque, el monte. Me encanta dejar la ciudad, olvidarme de los ruidos y escuchar el silencio y los sonidos del campo, de las aves, del río...